El Girona debutó en la UEFA Champions League enfrentando al Paris Saint-Germain, en un partido en el que los catalanes demostraron su identidad y estilo, aunque cayeron en el tiempo de descuento. El PSG ganó 1-0 con un gol de Nuno Mendes, cuyo disparo pasó entre las piernas del portero Paulo Gazzaniga, que había sido clave con varias paradas durante el encuentro.
A pesar del resultado adverso, el Girona mantuvo fiel su estilo bajo el mando de Míchel, priorizando la posesión y la salida controlada desde su propia área, tal como lo hizo en la pasada temporada, en la que logró la mejor clasificación de su historia en LaLiga. El equipo catalán mostró carácter y buen manejo del balón, aunque careció de ese pase final que le permitiera poner en peligro real al portero del PSG, Alexander Safonov.
El PSG, dirigido por Luis Enrique, fue más peligroso en la primera parte, con hasta seis aproximaciones al área rival. Sin embargo, el Girona no sufrió demasiado, manteniendo el orden defensivo y buscando jugar desde atrás. El equipo parisino tampoco mostró su mejor versión, con Barcola como el principal hombre peligroso por la banda izquierda, y Marco Asensio debiendo retirarse por una lesión muscular a la media hora de partido.
Tras el descanso, el Girona salió con más intensidad y empezó a presionar al PSG en su propio campo. Los catalanes colgaron balones buscando a sus referencias ofensivas, Stuani y Van de Beek, tratando de generar peligro en el área rival. A nivel defensivo, destacaron jugadores como Krejci, quien protagonizó una acción crucial al detener una peligrosa carrera de Ousmane Dembélé cuando se dirigía hacia la portería.
Aunque el Girona no logró el resultado deseado, su actuación dejó claro que puede competir en la máxima competición europea manteniendo su estilo de juego. A pesar de la derrota en su debut, el equipo mostró que está dispuesto a pelear y aprender de cada enfrentamiento, incluso ante rivales de la talla del PSG.