Josko Gvardiol fue nuevamente protagonista en el Manchester City, pero no por sus aciertos, sino por errores que costaron caro. Este martes, en el partido contra el Feyenoord por la Champions League, el equipo de Pep Guardiola, que ganaba 3-0, terminó empatando 3-3 tras un fallo del defensa croata, prolongando así la racha negativa de cinco partidos sin victoria para el City.
El primer gol del Feyenoord fue consecuencia directa de un error de Gvardiol al intentar pasar el balón a Ederson, el portero del equipo. La equivocación permitió a Anis Hadj Moussa aprovechar la ocasión y reducir la ventaja con un 3-1 que cambiaría el rumbo del partido. A partir de ahí, el conjunto neerlandés igualó el marcador, dejando al City con un empate amargo.
Este desempeño de Gvardiol en la Champions llega poco después de su actuación contra el Tottenham, donde también cometió errores significativos. En ese partido, el croata falló en los dos goles anotados por James Maddison. En el primero, no logró ser contundente ante Dejan Kulusevski, quien asistió a Maddison, y en el segundo perdió la marca en una combinación entre Son Heung-min y Maddison.
El resultado contra el Tottenham fue un contundente 0-4 en contra, reflejando los problemas defensivos del City y el impacto de los errores individuales de Gvardiol. Estas actuaciones han generado preocupación en los aficionados y probablemente en el cuerpo técnico, que necesita recuperar la solidez defensiva en una temporada cargada de retos.
Los errores consecutivos de Gvardiol, considerado uno de los mejores defensas jóvenes de Europa, han sorprendido debido a su habitual fiabilidad en la zaga. Sin embargo, estos tropiezos subrayan la presión y los desafíos de mantener un alto nivel en un equipo como el Manchester City, donde cada detalle puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.