El prometedor centrocampista francés Eduardo Camavinga selló un debut con altibajos en la máxima competición europea en el enfrentamiento que midió a su equipo, el Rennes, contra el Krasnodar (1-1).
Camavinga había centrado en la previa todas las miradas desde el punto de vista individual pero, lejos de temblarle las piernas, firmó una excelente primera parte hasta el punto de convertirse en el mejor jugador de los locales.
Su recital comenzó con una gran acción individual en banda izquierda que terminó en un servicio cabeceado por Bourigeaud a las manos del portero. La jugada llegó poco antes de que forzase la primera amonestación del rival tras ser derribado en el centro del campo.
Suelto y omnipresente en la medular, Camavinga tuvo además confianza suficiente para asomarse sin vértigo al balcón del área rival. Fruto de ese atrevimiento dispuso de dos claras ocasiones para poner por delante a los suyos.
Ambas tuvieron la misma tónica, golpeos de perfecta ejecución entre los tres palos y desde la media luna. Y acabaron de idéntica manera, anuladas con buenas intervenciones del arquero visitante Matvey Safonov.
Distintas fueron sin embargo las sensaciones del galo tras el descanso. Menos participativo en el juego coral, le costó entrar en acción y mostrar sus cualidades. Finalmente acabó viendo una amarilla en el minuto sesenta y dos y siendo sustituido en el ochenta por Hunou.
con información de Efe