El presunto líder de la estafa es un español de 30 años, que se hacía pasar por un miembro del cuerpo diplomático vaticano y «también poseía documentos falsificados que lo acreditaban como Embajador de la República de Cuba». En el pasado, dicha entidad financiera se vio sacudida por escándalos de corrupción y fue acusada de servir a la mafia
La policía española anunció este viernes la detención de cuatro personas -tres españoles y un colombiano-, por integrar «una organización criminal que suplantaba a la banca vaticana».
La organización estaba radicada en Fuengirola, en la Costa del Sol (sur), y habría suplantado a la institución financiera católica para obtener «pingües beneficios», firmando «acuerdos de relaciones comerciales y de asesoramiento» con empresas de todo el mundo, indicó la policía en un comunicado.
Los cuatro detenidos, sospechosos de estafa, intrusismo, blanqueo de capitales y asociación ilícita, no dudaron en usurpar «la imagen, símbolos e identidad de esta entidad financiera», que no tiene ninguna sede fuera de la propia Ciudad del Vaticano.
De hecho, según pudo verse en fotos difundidas por la policía, empleaban un coche serigrafiado con el escudo de la banca vaticana. El mismo escudo figuraba en la puerta de vidrio de la organización, así como una pequeña Virgen con el Niño en brazos.
El presunto líder era un español de 30 años, que se hacía pasar por un supuesto miembro del cuerpo diplomático vaticano y «también poseía documentos falsificados que lo acreditaban como Embajador de la República de Cuba».
En el golpe, los investigadores se incautaron de un velero en el puerto deportivo de Fuengirola, varios coches de gama alta, 64.000 euros de una cuenta corriente del principal sospechoso, relojes de lujo, lingotes de plata y un arma de fogueo.
El Instituto de Obras Religiosas (IOR), el banco del Vaticano, cuenta con unos 15.000 clientes, por lo esencial religiosos, congregaciones y empleados de la ciudad Estado. Gestiona unos 5.700 millones de euros.
En el pasado, el banco vaticano se vio sacudido por escándalos de corrupción y fue acusado de servir a la mafia. El papa Benedicto XVI (2005-2013) lanzó una gran operación de limpieza, proseguida por su sucesor Francisco. La limpia llevó al cierre de casi 5.000.