Cien mujeres marroquíes, de ellas dos menores de edad, regresaron este miércoles a su país de origen gracias al «pasillo humanitario» abierto en la frontera de Ceuta para permitir su vuelta, después de llevar atrapadas en esa ciudad española norteafricana desde el 13 de marzo.
Según informaron a Efe fuentes del Gobierno español, la repatriación se llevó a cabo tras ser sometidas a test rápidos de detección del coronavirus por parte de los voluntarios de la Cruz Roja Española, un requisito indispensable solicitado por Marruecos para admitirlas.
Algunas de estas mujeres estaban albergadas en una nave industrial acondicionada como alojamiento provisional cerca de la frontera con Marruecos, pero otras estaban viviendo en casas particulares desde hacía más de seis meses, cuando estalló la pandemia, se cerraron fronteras y España declaró el estado de alarma.
Según las autoridades españolas, la repatriación se efectuó con normalidad y está previsto que todos los marroquíes que quieran regresar a su país lo puedan hacer, aunque previamente deberán ponerse al habla con la Delegación del Gobierno español en Ceuta para realizar los trámites necesarios.
El director general de Emergencias y Protección Civil, Víctor Ríos, explicó hoy a la prensa que hubo mujeres embarazadas que dieron a luz en la ciudad española durante la pandemia.
Desde que la frontera del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, se cerró el 13 de marzo pasado por el coronavirus, Marruecos únicamente ha permitido tres procesos de los denominados «pasillos humanitarios» para admitir a los ciudadanos de ese país que habían quedado en la ciudad española.
El 22 de mayo regresaron a Marruecos 190 marroquíes, el 24 de mayo lo hicieron otros 58 y en la jornada del 25 de mayo se llevó a cabo el tercer y último proceso de repatriación, del que se beneficiarion 37 personas, que vivían en una mezquita y en casas particulares.
Según indicaron fuentes policiales a Efe, se tiene constancia de la presencia en Ceuta de casi 1.000 marroquíes, muchos de ellos trabajadores de distintos oficios como empleadas del hogar, que no pudieron volver a su país.
A últimos de julio pasado terminó la operación de retorno de 7.100 temporeras marroquíes de la recogida de la fresa en España, que permanecían en Huelva (sur) a causa del cierre de fronteras, pese a que hacía semanas que ya había terminado la campaña agrícola.
El Gobierno español destacó entonces el esfuerzo para que el regreso se desarrollara con «las máximas garantías jurídicas y sanitarias» y agilizar los trámites, ya que las trabajadoras pasaron las pruebas sanitarias preceptivas de la enfermedad. EFE