El juicio contra el antiguo primer ministro francés Eduard Balladur por financiación ilegal de su fallida campaña presidencial de 1995 comenzó este martes en París, un caso que podría estar vinculado a un atentado de 2002 en Karachi (Pakistán) en el que fueron asesinados once franceses.
Tanto Balladur, jefe del Gobierno entre 1993 y 1995, como el entonces ministro de Defensa, François Leotard, están acusados de ser cómplices en un delito de apropiación indebida, en concreto de dos empresas públicas de fabricación y venta de equipos de defensa. El primero de ellos, además, de beneficiarse de ese delito.
El exprimer ministro, de 91 años, y Leotard, de 78, entraron con semblante serio a la sala del tribunal, entre una nube de fotógrafos y cámaras que esperaban en la puerta. La sesión comenzó a las 13.00 GMT.
Según la Fiscalía, Balladur, Leotard y otros acusados consiguieron comisiones por la venta de armas francesas a otros países durante 1994 (tres submarinos a Pakistán y dos fragatas a Arabia Saudí), que se destinaron a la financiación de la campaña presidencial del primero.
En aquella época, en Francia estaba permitido pagar comisiones a intermediarios que participaran en la obtención de esos contratos en el exterior y, según la prensa francesa, pagaron el equivalente de varias decenas de millones de euros.
Pero, de acuerdo con la acusación, en esta ocasión, los acuerdos incluían que parte de ese dinero volviera a Francia para financiar la campaña presidencial de Balladur, que habría recibido unos 10 millones de francos (2 millones de euros en la actualidad).
Sin embargo, la elección presidencial de 1995 la ganó Jacques Chirac, quien prohibió tras llegar al poder el sistema de pago de comisiones para obtener contratos en el exterior.
En 2002, fueron asesinadas 15 personas, entre ellas 11 franceses, en un atentado con bomba en Karachi contra un autobús que transportaba a técnicos del astillero militar de Cherburgo (Francia), desplazados a Pakistán para participar en la construcción de los submarinos.
El atentado no fue reivindicado, ni siquiera por Al Qaeda, entonces muy activa en Pakistán, por lo que los investigadores exploran la posibilidad de que fuera una venganza de responsables paquistaníes por la no recepción de parte de las comisiones prometidas.
Finalmente, las cuentas de la campaña de Balladur fueron certificadas, aunque no sin problemas.
En aquella época, el portavoz de la campaña de Balladur era el ministro de Hacienda, Nicolas Sarkozy, luego presidente del país, y que tiene otros procesos pendientes por varios casos.
Precisamente, uno de los hombres clave en el conocido en Francia como «caso Karachi» es el intermediario franco-libanés Ziad Takieddine, sentenciado por haber realizado el pago de los 10 millones de francos desde Suiza.
Takieddine fue después el principal testigo en el caso contra Sarkozy por la presunta financiación de la campaña presidencial de este último en 2007 con dinero del régimen libio de Muamar el Gadafi, aunque después se ha desdicho de su testimonio.
En octubre de 2019, un tribunal de París condenó a seis personas a penas de entre tres y cinco años por el caso de las comisiones. Las sentencias más duras fueron contra el director de la campaña de Balladur y contra el jefe de gabinete de Leotard en el Ministerio, igual que contra el propio Takieddine (fugado a Líbano) y contra otro libanés, Abdul Rahman al Assir,
El actual proceso contra Balladur y Leotard tiene lugar en el Tribunal de Justicia de la República, el único del país que puede juzgar a miembros del Gobierno por hechos cometidos durante el ejercicio del cargo. EFE