Un grupo de menores se amotinó para denunciar que son víctimas de abusos por parte de los trabajadores del centro, que violan sus derechos.
Los hechos tienen lugar en el anexo del Hogar Seguro, ubicado en la zona 15 de la capital guatemalteca, a donde se dirige el titular de la Procuraduría de Derechos Humanos, Jordán Rodas, según confirmó él mismo a los medios de comunicación a través de un mensaje.
Los menores, según las imágenes reproducidas por los medios locales, lanzan objetos, denuncian a gritos ser víctimas de violaciones a sus derechos por parte de los trabajadores del centro y sacan a la calle papeles, colchones y materiales del recinto.
En la calle, donde han salido varios de los jóvenes que dicen que van a esperar a que lleguen las autoridades para realizar las denuncias correspondientes, se observan elementos de la Policía Nacional Civil, bomberos y personal de la Cruz Roja
Después de un ambiente «tenso» que duró unas cinco horas, el PDH lideró esta conversación con uno de los jóvenes, que demandó mejor comida, un hogar más grande, más salidas y mejores condiciones en un plazo de dos semanas, algo a lo que accedieron las autoridades a cargo del Hogar Seguro, ubicado en la zona 15 de la capital.
«Prometemos portarnos bien, no hacer más motines, pero si no nos cumplen vamos a seguir. Necesitamos buena comida, otra casa y más salidas», aseveró el joven, quien aseguró que algunos monitores les pegan y que muchas veces les prometieron mejoras que hasta ahora no han sido cumplidas.
Después de esta conversación, las autoridades ingresaron en el lugar para continuar con el diálogo, así como una jueza de paz que se presentó para efectuar las exhibiciones personales presentadas por diferentes autoridades a favor de los menores recluidos en esta casa hogar, más de 50.
«Históricamente no se les ha escuchado, han estado olvidados y tienen descontento. Tienen razón», dijo el ombudsman a los medios nada más llegar al lugar, donde tildó esta situación como una «emergencia» que según los vecinos empezó por la tarde del martes, aunque empeoró en las últimas horas.
Una de las vecinas le dijo al titular de la Procuraduría que se debería haber prestado atención antes a esta situación, porque «no es la primera vez» que se produce y se trata de una zona residencial, con viviendas de 3 habitaciones.
Es por ello que se cuestionó cómo las autoridades pueden tener a decenas de menores recluidos en esta casa hogar, compuesta por dos viviendas, debido a estas dimensiones.
Uno de ellos, que se identificó como Fernando, declaró que uno de los monitores del centro le pegó por ser homosexual, y pidió comida limpia, ropa, un centro más grande y más salidas.
Los menores lanzaron objetos, denunciaron a gritos ser víctimas de violaciones a sus derechos por parte de los trabajadores del centro y sacaron a la calle papeles, colchones y materiales del recinto.
En la calle, por donde caminaron a sus anchas estos jóvenes, también se hicieron presentes bomberos, personal de la Cruz Roja y de la oficinal del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala.
El subsecretario la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia -a cargo del centro-, José Ariel Polanco, declaró a los medios que en las dos casas que constituyen este hogar hay unos 52 jóvenes y que sí habían recibido denuncias de violaciones.
También la titular de la secretaría, Ana Patricia Contreras, que se personó en el lugar de los hechos cinco horas después de que iniciaran los incidentes, admitió que es «lamentable» tener una situación como esta, que recuerda a otra que se cobró la vida de 41 niñas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción el 8 de marzo de 2017.
Contreras explicó a los medios que se tomaron «medidas drásticas» respecto a las denuncias «comprobadas» contra monitores o profesores -unas 6 en diferentes centros este año que tuvieron como consecuencia querellas y despidos- y admitió limitaciones del ente que dirige, como el hacinamiento, en este caso, el doble.
Según los medios locales, los internos de este hogar eran los jóvenes que estaban en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, donde se registró la tragedia en marzo de 2017, cuando un grupo de niñas originó un incendio para protestar por los maltratos que sufrían y 41 de ellas murieron