El Presidente de los Estados Unidos toma una amplia distancia de la política que aplicaba la administración de Barack Obama: le pidió al fiscal general que busque condenas severas contra los que cometan crímenes vinculados al narcotráfico, aunque no sean violentos
Jeff Sessions, Procurador General de Estados Unidos, instruyó hoy a los fiscales federales que intenten probar la pena más dura posible en lo referente a delitos de drogas. Esta decisión pone fin a la política de la administración Obama, que buscaba despenalizar el menudeo y los delitos de menor gravedad.
Sessions trasmitió las instrucciones en un memorando de página y media en el que pide que en todo caso federal se siga la máxima de que «la Fiscalía deberá pedir y perseguir el cargo más serio» para una ofensa relacionada con drogas.
«La ofensa más seria es aquella que acarrea la sentencia más alta según las directrices, incluidas las sentencias mínimas obligatorias», añade el documento firmado por Sessions.
Jeff Sessions, el fiscal general designado por Trump
El ex presidente Barack Obama desarrolló una estrategia de no imputar con sentencias mínimas obligatorias de prisión a delitos no violentos relacionados con las drogas. Por eso la iniciativa de Sessions supone un giro importante.
Estas nuevas directrices podrían volver a llevar a la cárcel durante años a personas con delitos de menudeo, incluso para quienes no tengan antecedentes. Los fiscales tendrán en cuenta el tipo de droga y la cantidad por encima de otros factores.
Esta política de tolerancia cero podría volver a aumentar la población carcelaria en Estados Unidos, la más alta del mundo tanto en número total como en índice por cada 100.000 habitantes, algo que había sido atemperado con la política de Obama.