Se espera que el presidente de los Estados Unidos cumpla así con una promesa hecha en agosto. La medida ordenará a todas las ramas del gobierno a dirigir sus partidas presupuestarias a la llamada «crisis de los opiáceos», cuyo abuso fue responsable de 64.000 muertes sólo en 2016
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declarará este jueves una situación de «emergencia de salud pública» por el abuso de analgésicos opiáceos, culpables de la muerte de una media de 91 estadounidenses al día, indicaron altos funcionarios.
En vez de «emergencia nacional», Trump ha optado por declarar una «emergencia de salud pública», de manera que no se destinarán nuevos fondos a la lucha contra los opiáceos, pero se ordenará a todas las ramas del Gobierno que dirijan sus actuales partidas presupuestarias a esa crisis, detallaron funcionarios en una llamada con la prensa.
Los críticos de esta medida temen que priorizar la lucha contra los opiáceos descuide las investigaciones, por ejemplo, sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Trump tiene previsto dar más detalles sobre la medida en un discurso a las 14:00 hora local (18:00 GMT) en la Casa Blanca, donde se reunirá con padres que han perdido a sus hijos por este problema, así como con miembros de las fuerzas de seguridad que luchan contra el tráfico de drogas.
Según fuentes ligadas al gobierno, la declaración de «emergencia de salud pública» permitirá que accedan a cuidados médicos quienes viven en zonas rurales y, además, facilitará el despliegue de especialistas en áreas especialmente afectadas por el abuso de opiáceos.
Los funcionarios pusieron de ejemplo a los vecinos de los montes Apalaches en estados como Virginia Occidental y Pensilvania donde existen grandes índices de desempleo entre mineros y antiguos trabajadores del acero, lo que ha generado condiciones que pueden propiciar la adicción.
«A veces el desempleo es la causa de la adicción y, a veces, es al contrario», afirmó un alto funcionario.
Trump ordenará también este jueves al Departamento de Trabajo que otorgue subvenciones a algunos de los 50 estados del país para facilitar el empleo de personas que han sufrido los efectos de la adicción y el desempleo.
Con la declaración de «emergencia de salud pública», el Gobierno también podrá dar fondos a los estados para el tratamiento de adicciones mediante sustancias como metadona, buprenorfina y naltrexona, lo que supone un paso importante porque algunos estados no financian esos medicamentos.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los opiáceos (entre los que se incluye la heroína) fueron responsables de 64.000 muertes en 2016. Las autoridades consideran que la adicción a los opiáceos abre las puertas al consumo de heroína, mucho más barata que los medicamentos en el mercado negro.