El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, confirmó hoy en Maputo que el Ejército ha tomado el control de la ciudad norteña de Palma, tras el ataque yihadista del pasado 24 de marzo que causó decenas de muertos y miles de desplazados.
«Los terroristas han sido expulsados de Palma, no pretendemos proclamar la victoria porque estamos luchando contra el terrorismo; pero estamos seguros de que, si estamos unidos, venceremos», subrayó Nyusi en un acto para celebrar el Día de la Mujer Mozambiqueña.
El mandatario se expresó con esa rotundidad después de que el Ejército de Mozambique señalara este domingo que la ciudad era «segura», tras una «operación de limpieza» contra focos de resistencia yihadista, dejando entrever que había recobrado el control de la urbe costera, situada en la provincia de Cabo Delgado.
El presidente también afirmó este miércoles, justo dos semanas después del ataque perpetrado por el grupo Al Shabab, que su gobierno está analizando con socios internacionales las necesidades de asistencia en la lucha contra el terrorismo,
«Nuestro gobierno le ha dicho a la comunidad internacional las necesidades de la lucha contra el terrorismo, y estas necesidades están siendo evaluadas», señaló el jefe de Estado, citado por medios locales.
El Ejecutivo y sus aliados están examinando las deficiencias del país africano, uno de los más pobres del mundo pese a sus vastos y ricos recursos naturales, en la lucha antiterrorista, si bien Maputo cree que ese esfuerzo debe ser mozambiqueño
NO ES ORGULLO, ES SOBERANÍA
«No es un orgullo vacío. Es un sentido de soberanía», matizó el presidente, al admitir que el Ejército y la Policía han estado sometidos a décadas de falta de «inversiones sólidas».
Mozambique, continuó, también quiere formar un frente común para prevenir y combatir el terrorismo con sus socios de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC).
En ese sentido, Maputo acogerá este jueves una cumbre de jefes de Estado de la SADC en el área de defensa y seguridad para definir formas de erradicación del terrorismo.
La escasa iniciativa mostrada por la SADC, hasta la fecha, ante al avance del terrorismo en el norte de Mozambique ha sido blanco frecuente de críticas desde que Al Shabab iniciara su insurgencia, en octubre de 2017.
Asimismo, el mandatario dirigió unas palabras a los miles de desplazados por la violencia armada en Cabo Delgado, anunciando la creación de un grupo interministerial que coordinará la movilización de apoyo humanitario a las víctimas.
«La situación que (los desplazados) enfrentan es de transición, sabemos que parece vacío decir esto (dado el drama humanitario que sufren), pero juntos y unidos derrotaremos al terrorismo», recalcó.
Nyusi, además, advirtió del peligro de «división y discordia» entre los mozambiqueños por la narrativa de atribuir las actividades de los grupos armados al Islam, argumentando que «los terroristas también están matando musulmanes».
Y admitió que la guerra contra el yihadismo no se ganará sólo por medios militares, sino también con la creación de empleo para los jóvenes que son seducidos para unirse a grupos armados.
El ataque de Palma es el más grave perpetrado por Al Shabab en los últimos tiempos y su resonancia internacional ha sido notoria por la presencia en proyectos gasísticos de la zona de multinacionales como la petrolera francesa Total y de numerosos trabajadores extranjeros, que se vieron también cercados por los terroristas durante el asedio de la ciudad.
Pese a ser homónimo del grupo yihadista somalí, Al Shabab en Mozambique no está vinculado a esa organización terrorista leal a la red Al Qaeda, sino al Estado Islámico (EI).
Desde 2017, Al Shabab ha causado más de 2.740 muertos (incluidos más de 1.360 civiles), según el Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED), y cerca de 700.000 desplazados en la provincia de Cabo Delgado. EFE