El Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala acordó hoy institucionalizar la Feria Internacional del Libro en Guatemala con un aporte anual de 1 millón de quetzales (unos 129.000 dólares).
El acuerdo ministerial 528-2018, que entrará en vigencia este mismo miércoles, busca además «promocionar y fomentar la lectura», así como dar a conocer obras de escritores nacionales e internacionales y «expandir» el «desarrollo de la producción bibliográfica nacional en todas sus manifestaciones».
La Feria, organizada anualmente por la Asociación Gremial de Editores de Guatemala, tendrá garantizado con el aporte del Gobierno un 25 por ciento del costo total que implica para su realización, que cuenta con casetas de editoriales, universidades y organizaciones sociales, actividades culturales, expositores internacionales y presentaciones de libros y artísticas.
El aporte de manera regular del Ministerio de Cultura permitirá a la Feria Internacional del Libro en Guatemala tener «estabilidad» y dejar atrás los años de «incertidumbre» y vendrán «autores mundiales y editoriales extranjeras», dijo a Efe el presidente directivo de la Feria, Raúl Figueroa Sarti.
También abrirá «la posibilidad de que otros patrocinadores se suban al barco, cuando vean que la Feria no es un proyecto coyuntural, sino de largo plazo en el desarrollo de la lectura, intelectual y promoción cultural», mencionó.
La institucionalización del evento contrasta con años anteriores en que el Gobierno apoyaba con 150.000 o 300.000 quetzales (12.987 a 38.961 dólares), como recordó Figueroa, cuando apenas la renta del sitio es de casi 1 millón de quetzales (129.000 dólares).
La Feria del Libro cumplió 18 años de existencia en julio pasado con la participación récord de 64.797 asistentes, un 2 por ciento más de lo conseguido en 2017, cuando había rebasado en un 21 por ciento lo logrado el año anterior.
El jefe de la Editorial Cultura, una de las más importantes en el país centroamericano, Francisco Morales Santos, celebró el acuerdo, pues permitirá tener «Feria del Libro para muchos años», lo cual es esencial en un país en el que «hasta hace algún tiempo se insistía que en Guatemala no se lee, pero no se puede inspirar un cambio profundo sin la educación».
Figueroa agradeció al ministro de Cultura, José Luis Chea, y al viceministro Juan Alberto Monzón, así como a su predecesor Max Araujo, porque en estos tres años de gestión «en ningún momento hubo intromisión de las autoridades en la realización de la Feria», algo fuera de lo común en un país en el que «se cree que quien paga la marimba decide la música».
Reprochó que, en cambio, sí ha habido patrocinadores que «creen que por estar aportando tienen el poder para decidir quién se presenta y quién no» o de definir las actividades de todo el evento, por lo que la actitud de Chea ha sido «valiosa», «sobre todo en esta época en la que la censura en nuestro país se está poniendo de moda».
Finalmente, el viceministro Monzón subrayó que con darle certeza jurídica a la Feria del Libro se contribuye a la educación, «a que nuestros niños, hijos y nietos tengan el hábito de la lectura, pues un país que lee, se desarrolla».
El próximo año, el estado mexicano de Chiapas será el invitado especial de la Feria Internacional del Libro en Guatemala y el personaje será el sexagenario poeta guatemalteco maya k’iche’ Humberto Ak’abal.
efe