En el año fiscal que culminó en septiembre, se arrestaron a 310.531 personas tras cruzar el desierto o el Río Bravo, la cifra más baja desde 1971
Los arrestos realizados por la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos cayeron este año a su nivel más bajo en 45 años, según el informe estadístico más completo del gobierno federal sobre la aplicación de las leyes de inmigración bajo el presidente Donald Trump.
El dato puede sorprender, si se tiene en cuenta la férrea política para el control de la inmigración que ha implementado el presidente republicano desde su llegada a la Casa Blanca en enero de este año.
Las autoridades estiman que la retórica de Trump puede haber detenido a muchos posibles inmigrantes mexicanos y centroamericanos, que prefirieron ni intentar el cruce por el desierto o a través del Río Bravo para ingresar a los Estados Unidos.
Pero, además, hay un dato adicional: mientras cayeron los detenidos por la patrulla fronteriza, crecieron vertiginosamente los indocumentados arrestados en diferentes ciudades (no fronterizas) del país por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
La patrulla efectuó 310.531 arrestos durante el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre. La cifra es 25% menor que el año anterior y el reporte más bajo desde 1971. A pesar de la caída significativa, los arrestos aumentaron a partir de mayo todos los meses, principalmente de familias y niños no acompañados.
Por su parte, el ICE, cuyos agentes intervienen para deportar personas lejos de la frontera, efectuó 143.470 arrestos, 25% más que los 114.434 del año fiscal anterior.
Desde la juramentación de Trump, los arrestos efectuados por el ICE aumentaron un 40% respecto al mismo período (enero-septiembre) del año anterior.
Las autoridades arrestan a los inmigrantes y los retienen en centros de detención antes de deportarlos, por lo que las cifras de detenciones suelen ser un indicador del número de llegadas irregulares al país y muestran la cantidad de inmigrantes que podrán ser expulsados a sus países de origen en los próximos meses.
El ICE informó, además, 226.119 deportaciones.
Las cifras dadas a conocer el martes por el Gobierno revelan que los agentes encargados de las deportaciones cumplen a rajatabla el llamado de Trump de reprimir la inmigración, a pesar de que el Congreso no le ha concedido al presidente el aumento de fondos para contratar personal.
En febrero, el entonces secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, derogó las instrucciones del gobierno anterior de limitar las deportaciones a quienes constituyen amenazas a la seguridad criminal, los delincuentes declarados culpables y los que han cruzado recientemente, lo que significaba que cualquier persona que se encontrara en el país sin autorización era vulnerable.
«Hemos visto claramente los resultados exitosos del compromiso del presidente de apoyar a los oficiales y agentes (de Seguridad Nacional) en la primera línea del frente, donde aplican la ley y aseguran nuestras fronteras», dijo la secretaria interina Elaine Duke. El ICE es una dependencia del Departamento de Seguridad Nacional.
Alrededor del 58% de los arrestos efectuados por la patrulla eran de países distintos de México, principalmente de Centroamérica. A partir de 2011, grandes contingentes de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños empezaron a ingresar al sur de Texas, que desplazó a Arizona como el punto principal de los ingresos sin autorización.
(Con información de AP y EFE)