La caravana con los restos mortales de la migrante guatemalteca Claudia Patricia Gómez González ultimada por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos el pasado 23 de mayo, llegó hoy a su natal San Juan Ostuncalco, al occidente del país, tras siete horas de camino desde la ciudad de Guatemala.
El cuerpo, acompañado de sus más cercanos familiares y la prensa nacional e internacional, ingresó al pueblo del que salió la joven migrante de 20 años de edad, a inicios del mes de mayo, con la intención de brindarle un futuro diferente a los suyos.
Pero un «incidente», como lo calificó la propia Cancillería guatemalteca, con la Patrulla Fronteriza en la comunidad Río Bravo, en Texas, EE.UU., acabó con su vida por causas que se revelarán tras la investigación que se lleva a cabo y en la que participarán como testigos los otros tres guatemaltecos (dos de ellos jóvenes de la misma localidad de Gómez) que iban con ella y que por el momento no regresarán al país centroamericano.
A su llegada a San Juan Ostuncalco, en el occidental departamento de Quetzaltenango, centenares de personas se manifestaron enfurecidas por la «justicia» del caso y que un hecho como este «no vuelva a pasar», mientras aplaudían al paso de los agentes de la Policía Nacional Civil que sostenía el ataúd.
Las personas -conmocionadas, tras haber aguantado la espera bajo la lluvia durante horas- abarrotaron el parque central de la localidad y las instalaciones de la alcaldía que proveyó un homenaje póstumo para Claudia Gómez y anunció la emisión de un acuerdo gubernativo municipal para apoyar económicamente a la familia de Claudia, integrada por los dos hermanos -de 5 y 8 años- y sus padres, Lidia González y Gilberto Gómez.
Dentro de las instalaciones, ya entre miles de asistentes, uno de los carteles que cargaban dos jóvenes originarias del lugar, rezaba: «Guatemala está de luto, aquí esperando el cuerpo de Claudia Gómez. Queremos justicia».
El cadáver de la joven migrante arribó al mediodía de este jueves al Aeropuerto Internacional de La Aurora, en Ciudad de Guatemala, en donde fue entregado por el cónsul guatemalteco en Laredo, Tekandi Paniagua, y el vicecanciller Pablo García a sus padres, quienes, entre llantos, recibieron el cuerpo de su hija.
El pasado 25 de mayo, en una conferencia de prensa, la tía de Claudia Gómez, Dominga Vicente, pidió ayuda para la familia tras la pérdida de Claudia, una joven «muy trabajadora» que luchó toda su vida para estudiar y forjar su futuro, terminando los estudios de perito contador. EFE