El acontecimiento que contó con atracciones extrañas, lejos de la competitividad y con ganas de meterse de lleno en el mundo del deporte de manera poco común, tuvo lugar en un lugar desconocido de Tailandia.
El programa tiene como objetivo romper las barreras dentro del mundo de la lucha y en esta ocasión trajo ideas surrealistas. Es otro tipo de competencias más atractivas para el público.
Una lucha de dos contra dos, pero cada pareja utilizando una misma remera. Cada uno de los equipos puede utilizar el brazo que le quede disponible a través de una manga exterior para derribar a sus oponentes.
Se pelearon en total tres rounds de un minuto y en este caso, Chitnuphong Sommuttiram y Jonathan Smartsopakul derrotaron por decisión unánime (30-28, 30-29 y 30-29 en las tarjetas de los jueces presentes) a Lit Deesawad y Warakorn Pakanan.