El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se comprometió hoy a reducir drásticamente la pobreza y a sacar a Rusia de su «atraso» en su discurso sobre el estado de la nación, en el que advirtió de que el país posee armamento invencible frente a cualquier ataque exterior.
«Debemos resolver una de las tareas clave para la próxima década: garantizar un crecimiento sostenido de los ingresos reales de los ciudadanos y, en seis años, reducir como mínimo a la mitad el nivel de pobreza», dijo el jefe del Kremlin en su discurso, transmitido en directo a todo el país por la televisión.
La intervención ante las dos cámaras del Parlamento -reunidas en la gran sala de congresos Manezh, frente al Kremlin- se celebra tradicionalmente a finales de diciembre, por lo que la fecha elegida, dos meses más tarde y a solo 17 días de las elecciones presidenciales, resultó bastante chocante.
El discurso institucional de Putin -que aspira a su cuarto mandato presidencial- se convirtió de este modo en un gran acto electoral en plena campaña, lo que fue denunciado sin éxito por la oposición y otros candidatos, pero la presidenta de la Comisión Electoral Central (CEC), Ella Panfílova, declaró que no hubo nada ilegal ya que el presidente no hizo «arengas electorales».
A lo largo de dos horas -un tiempo récord para un discurso que debía durar 40 minutos-, el jefe del Kremlin desgranó su programa electoral para los próximos seis años aunque sin hacer referencia a los comicios, en los que su victoria se da por hecha.
Putin admitió que actualmente 20 de los 146 millones de rusos viven bajo el umbral de la pobreza y se comprometió a reducirlo a la mitad.
También a «renovar la estructura del empleo, hoy en gran medida ineficaz y arcaica», y a «dar a la gente un buen trabajo que traiga bienestar», así como a equiparar el salario mínimo al mínimo de subsistencia desde el próximo 1 de mayo.
Apuntó otro ambicioso objetivo, el de hacer remontar la históricamente baja esperanza de vida, que -recordó- a su llegada al Kremlin en el 2000 era de 65 años para las mujeres y solo 60 para los hombres.
Tras haber aumentado los últimos años hasta los 73 años, señaló que «para fines del próximo decenio Rusia debe entrar en el club de los países ’80+’, como Japón, Francia o Alemania».
En un giro algo novedoso de sus intervenciones, Putin reconoció que «para ir hacia delante, crecer de forma dinámica, debemos ampliar el espacio de libertades en todas las esferas, fortalecer las instituciones democráticas, el autogobierno local, las estructuras de la sociedad civil, la justicia».
Admitió que «el atraso es la principal amenaza, una enfermedad crónica» de Rusia, y dijo que el país está listo para dar el necesario salto tecnológico.
Putin también prometió luchar contra la contaminación, la polución del agua y la «nieve negra» que cae en grandes centros industriales, reforzando las exigencias medioambientales para las empresas más contaminantes.
Un capítulo aparte por su duración (más de 45 minutos), por su tono de «aviso a navegantes» y por el acompañamiento visual en forma de vídeos fue el dedicado al armamento nuclear.
Putin presentó de manera bastante dramática el nuevo misil balístico Sarmat que tiene un «alcance prácticamente ilimitado» y que convierte en «inútil» el escudo antimisiles de EEUU.
«Nadie en el mundo tiene algo igual, por ahora. ¡Es algo simplemente fantástico!», señaló el jefe del Kremlin, antes de dar paso al vídeo infográfico donde pudo verse la trayectoria del misil sobrevolando territorio estadounidense e imágenes de ensayos de esos cohetes.
También desveló que el Ejército ruso dispone ya de «complejos con armamento láser» y «armas hipersónicas», así como un misil de largo alcance lanzado desde submarino y capaz de llevar una cabeza nuclear, y pidió a los ciudadanos que propongan nombres.
«Ningún país en el mundo tiene, a día de hoy, las armas que tenemos nosotros. Fin de la cita», proclamó Putin.
Y aconsejó: «antes de que tuviéramos los nuevos sistemas de armamento nadie nos escuchaba. ¡Escuchadnos ahora! Confío en que todo lo dicho en mi mensaje sirva para calmar a cualquier agresor potencial».
EFE/SN