El ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Zohrab Mnatsakanián, renunció este lunes a su cargo en medio de la grave crisis política que estalló en Armenia tras la firma del acuerdo con Azerbaiyán que puso fin a la guerra en Nagorno Karabaj.
«Estimado primer ministro, le pido que acepte mi renuncia. Agradezco su confianza y el trabajo conjunto», dice la carta de Mnatsakanián, publicada en la red social Facebook por la portavoz de Exteriores armenio, Anna Nagdalián.
Poco antes, el jefe del Gobierno armenio, Nikol Pashinián, había informado en el Parlamento sobre unos cambios que se iban a producir en el Ejecutivo.
La renuncia de Mnatsakanián, que encabezó la cartera de Exteriores desde mayo de 2018, tras la llegada al poder de Pashinián, se produce después de una polémica desatada en torno a las condiciones del acuerdo firmado con Azerbaiyán que, entre otros elementos «dolorosos» para Armenia, prevé el control de Bakú sobre la segunda ciudad de Nagorno Karabaj, Shushi.
De acuerdo al primer ministro, las consultas sobre Karabaj de las últimas semanas incluían esta condición que se imponía a la parte armenia.
Mnatsakanián se había reunido en tres ocasiones en las últimas seis semanas con su homólogo azerbaiyano, Jeihun Bayrámov, para negociar altos el fuego que nunca llegaron a cumplirse.
La portavoz de Exteriores aseguró tras las palabras de Pashinián que «la renuncia a Shushi» no formó parte del proceso negociador.
Pashinián descartó este lunes que vaya a dimitir por el acuerdo que firmó sobre Nagorno Karabaj y afirmó que, pese a las protestas por la devolución a Azerbaiyán de territorios ocupados, su propósito en estos momentos es devolver la estabilidad a su país.
«En mi agenda solo hay un tema: garantizar la estabilidad en mi país. No hay ningún otro asunto», señaló y reiteró que es consciente de su responsabilidad por lo ocurrido en Nagorno Karabaj, pero considera que el pueblo debe conocer todas las circunstancias que le hicieron firmar el «doloroso» acuerdo.
Según el documento, firmado esta semana por los dirigentes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia y que puso fin a una guerra de 44 días, Ereván pierde el control sobre todos los territorios colindantes con Karabaj, que controlaba desde 1994, y parte de los territorios del propio enclave. EFE