El Gobierno checo ha impuesto a partir de este jueves el uso de mascarillas en espacios interiores públicos, con excepciones como colegios u oficinas en las que se pueda mantener la distancia de seguridad, debido al repunte de casos que ha provocado un nuevos récord desde que comenzó la pandemia.
«Debido a la evolución de la situación, el ministerio de Seguridad ha decidido que, a partir de la medianoche, será obligatorio el uso de mascarillas en espacios interiores», indicó el primer ministro de República Checa, Andrej Babis, en rueda de prensa en Viena, junto a sus homólogos de Austria y Eslovaquia.
Babis relacionó el aumento de casos con el comienzo del curso escolar el pasado 1 de septiembre.
Según el ministerio de Sanidad, desde entonces se han detectado casos de coronavirus en 144 colegios, informa Radio Praga.
Con todo, Babis indicó que los expertos consideran que el virus ha mutado en una forma menos agresiva. Como muestra, señaló que el porcentaje de hospitalizaciones y fallecimientos en República Checa es bastante bajo en el contexto europeo.
El político conservador hizo un llamamiento a los ciudadanos a actuar con responsabilidad y criticó que mientras la mayoría sigue las normas de precaución «hay algunos que hacen como si no existiera el virus».
El uso de mascaras en interior no será obligatorio en las guarderías ni en las aulas durante la lección –sí en pasillos y otros espacios comunes de los colegios– ni tampoco en las oficinas en las que sea posible mantener una distancia de dos metros entre compañeros de trabajo.
También quedan exentos de su uso las personas con problemas mentales y los atletas durante el entrenamiento.
La República Checa ha registrado en las últimas 24 horas 1.164 nuevos contagios de COVID-19, la cifra de casos diarios más alta desde el inicio de la pandemia en marzo.
Con información de Efe