Un terremoto de magnitud 7.3 sacudió Vanuatu el martes 17 de diciembre, dejando al menos 14 muertos y 200 heridos. Este país insular, situado en el Pacífico sur y compuesto por 83 islas, 65 de ellas habitadas, forma parte de la región de Melanesia.
El gobierno de Vanuatu declaró el Estado de Emergencia hasta el 24 de diciembre para coordinar la respuesta al desastre en la capital, Port Vila. La ciudad, con menos de 50,000 habitantes, sufrió graves daños en al menos 10 edificios, incluidos el hospital principal y varias embajadas.
Australia envió un paquete de ayuda de dos millones de dólares australianos y 64 trabajadores de asistencia en desastres para apoyar las labores de recuperación. Naciones Unidas y UNICEF también participan en las tareas de rescate, con esta última organización estimando que 40,000 niños necesitan asistencia urgente.
El sismo tuvo su epicentro a 30 kilómetros al oeste de Port Vila, con una profundidad de 57.1 kilómetros bajo el lecho marino, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Aunque inicialmente se emitió una alerta de tsunami, esta fue descartada horas después por el Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico.
La región de Vanuatu es propensa a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de alta actividad tectónica y volcánica. A pesar de los desafíos, la ayuda internacional busca mitigar el impacto de esta tragedia en la población.
A través de redes sociales, se han viralizado los momentos en que se vivió el terremoto mostrando la magnitud de la catastrofe.