La clienta le pidió a la pizzería que escribieran una broma para sus hijos de 12 y 15 años, pero se les pasó la mano.
La socialité tomó una drástica decisión, luego de considerar "poco profesional" una particular situación.
Le pasó al gerente de tienda de un supermercado en Barcelona y para muchos es insólita la decisión de la empresa.