En los tatuajes, el TiO2 puede mezclarse con colorantes para conseguir algunas sombras, pero, cuando se utiliza para crear el color blanco, suele provocar dolor, picazón, inflamación de la piel en la zona del tatuaje, y curación más lenta. Los investigadores querían trazar el recorrido del óxido de titanio a través del cuerpo, centrándose en las partículas más pequeñas, y en los niveles nano y micro. (Para que te hagas una idea muy abstracta de cómo de pequeñas son estas partículas, un nanómetro es como la milmillonésima parte de un metro, y una hoja de papel es como 100.000 nanómetros gruesos).