Portugal registró en las últimas veinticuatro horas catorce muertes por COVID, su peor dato desde el pasado 1 de junio, en tanto que las infecciones diarias bajaron a 427.
Según el boletín de la Dirección General de Salud (DGS), hay actualmente 80.312 contagiados y 2.032 fallecidos desde que comenzó la pandemia.
Si el número de óbitos sufre un repunte, baja el de contagiados diarios justo al final del puente concluido ayer lunes, festivo nacional, en línea con los descensos que suele observarse después de los domingos.
Poco más de la mitad de los nuevos casos, el 54 %, se localizó en la región Norte, cuya capital es Oporto, y un 30,7 % se dio en la región de Lisboa y Valle del Tajo, la zona más afectada por coronavirus.
En cuanto a los decesos, la región capitalina tuvo la mayoría, hasta 10 de total, seguida del Norte, con tres, y Centro, con una.
En el país permanecen ingresadas 732 personas, 31 más que el día anterior, de las cuales 104 se encuentran en cuidados intensivos.
Los datos de contagios conocidos hoy dan un leve respiro a Portugal, que el domingo cerró su peor fin de semana en lo referido a infecciones, con 1.867 casos nuevos en dos días.
El domingo, además, traspasó la barrera de los 2.000 fallecidos por covid-19.
Portugal mantiene el estado de contingencia, que conlleva restricciones horarias a los establecimientos comerciales, que no pueden abrir antes de las 10.00 horas, mientras que el cierre debe producirse entre las 20.00 y 23.00, conforme ordene cada ayuntamiento.
Además, las reuniones se limitan a un máximo de diez personas, aunque en los centros comerciales y cafeterías a menos de 300 metros de escuelas sólo puede haber cuatro personas por mesa.
La DGS recomendó en septiembre el uso de mascarilla al aire libre en lugares que estén muy concurridos y donde no sea posible mantener la distancia física.
La mascarilla sólo es obligatoria en Portugal en espacios cerrados, como establecimientos comerciales, transportes y escuelas. EFE