El proceso de una persona que come con normalidad es «escuchar a su cuerpo, comer lo que necesita y cuando lo necesita, y parar cuando está saciada», dice Smolar. Ahora bien, es totalmente normal tener antojos de vez en cuando, comer más algunos días y otros menos, y limitar la cantidad de alimento que se ingiere hasta cierto punto. «Pero el tener una relación poco sana con la comida, podría asociarse a aquellos individuos que sufren un sentimiento de culpabilidad, o que se comportan de manera introvertida o ritualista». Eso incluye el sentirse mal por comer y el eliminar ciertos grupos de alimentos de la dieta como, por ejemplo, el azúcar o el pan a diario, simplemente para no tener la tentación de probarlos.