Tecnología.
La tecnología 5G será el alma de la nueva economía.
El 5G aún está en pañales, probándose en laboratorios y con el objetivo de llegar a los usuarios en 2020, pero ya sabemos muchas cosas de la tecnología que promete revolucionar nuestra vida, permitiendo conexiones a velocidades increíbles en tu smartphone, entre otras muchas cosas.
Puede que lleves mucho tiempo oyendo hablar del 5G, una tecnología que promete ser revolucionaria, pero de la que no disfrutaremos hasta dentro de unos años (se espera que esté disponible en 2020). Además, hay que ser consciente de que la implantación será lenta. De hecho, si tenemos en cuenta lo que está costando extender el 4G, cuya cobertura aún es escasa en buena parte del planeta, podremos entender que el salto al 5G no va a ser inmediato precisamente. Respondemos a las principales preguntas que genera esta tecnología.
¿Por qué 5G?
Lo primero que hay que señalar del 5G es que es una tecnología que nace para solucionar problemas que aún no se han producido. Por ejemplo, está previsto que el volumen de descarga de datos desde teléfonos móviles se multiplique varias veces en los próximos años, por lo que harán falta redes más extensas, con más capacidad y, sobre todo, más rápidas. Los test hechos por diferentes marcas consiguen velocidades de descarga superiores de los 7 GB por segundo en algunos teléfonos, y de más de 1 GB por segundo en vehículos en movimiento, con la dificultad que ello conlleva por la variable cobertura de las diferentes antenas a las que se va conectando según avanza.
¿Para qué vale el 5G?
Primero, nuestros teléfonos móviles tendrán capacidad de reproducir sin ningún tipo de problemas contenidos en 4K, sin saltos o cortes, gracias al 5G. Para lograr algo así, tanto las compañías de telefonía como los fabricantes de terminales tendrán que ampliar notablemente las tarifas de datos y la capacidad de almacenamiento que ofrecen respectivamente. Además, con esta tecnología se reduce la latencia hasta convertirla en imperceptible, dejándola en un milisegundo. Esto significa que si mandas un mensaje en Whatsapp, por ejemplo, nunca habrá un retardo entre el momento en que le das a la tecla de enviar y la recepción por parte de la otra persona. O que podrás jugar a videojuegos con una carga gráfica grande sin temor a parones. En el caso de una videoconferencia (por Skype, por ejemplo), el clásico retardo será cosa de un pasado lejano con el 5G. La creciente demanda de video por streaming (que se espera que crezca hasta alcanzar tres cuartas partes del tráfico de Internet) será perfectamente cubierta gracias a este estándar.
¿De verdad será una revolución?
Es de esperar que el 5G contribuya a una nueva revolución tecnológica centrada en el Internet de las cosas. Ampliando notablemente la cantidad de datos que cualquier dispositivo puede descargar en un segundo, y reduciendo mucho el tiempo que estos datos tardan en viajar entre fuentes y receptores, se permite, por ejemplo, la conducción autónoma de forma mucho más seguras, pudiendo hacer variaciones en la velocidad o la trayectoria con un margen de reacción de milisegundos.
¿Cuándo lo notaremos?
En principio, se ha marcado el año 2020 como la fecha clave para el lanzamiento, pero todavía quedan muchas cosas que definir, como quién asumirá el coste de implementar esta tecnología, que no se supone precisamente pequeño, o la definición de unos estándars que respeten todos los países y los fabricantes. De momento, el 5G es sólo un embrión que tiene que desarollarse con el paso del tiempo.