Se trata de elementos metálicos que se ubican quirúrgicamente en los huesos maxilares, debajo de las encías y sobre ellos se colocan las coronas o puentes que reemplazan las piezas dentarias perdidas.
¿Cómo funciona?
El implante se fusiona con el hueso mandibular, brindando soporte al momento de reemplazar los dientes. Las prótesis utilizadas sobre ellos se mantienen fijas y ayuda al paciente a la hora de masticar o hablar.
Para algunos pacientes resulta incómodo debido a irritaciones, en los bordes demasiado estrechos o nauseas. Una ventaja de los implantes es que no se desgastan los dientes adyacentes.
Además, se debe mantener una higiene bucal meticulosa y visitas regulares al odontólogo para su larga duración.
¿Cuáles son los tipos de implantes?
La Asociación Dental Americana considera que los siguientes dos tipos de implantes son seguros para el paciente:
Implantes endostiales: Se trata de un proceso quirúrgico de forma directa en los huesos maxilares y es necesario de una segunda cirugía para conectar un poste sobre el implante.
Implante subperiosteal: Este procedimiento consiste en la colocación de montadura en el hueso maxilar por debajo de la encía, durante el proceso de cicatrización este se fija al hueso, luego los postes se colocan en la montadura y sobresalen a través de las encías.